29 julio 2009

Lo inesperado, te espera...




Que el Señor te acompañe,
que aliente tu mirada y tu silencio,
tus pasos y tus secretos.
Que el Señor abra nuevos horizontes en tu vida
y te de fuerzas para atreverte a alcanzarlos.
Que el Señor riegue tu tierra en sequía
y de calor a cuanto ya está sembrado en tí
para que germine y de fruto.
Que el Señor te lleve adonde soñaste
y te muestre nuevos mundos que soñarás.
Que Él sea siempre la brisa en los días de bochorno
y el calor en los días de frío y niebla.
Vete con Dios, que Dios va contigo.