Sólo de pronunciar las palabras, los pelos se le ponen como escarpias...Es una mezcla entre incertidumbre y miedo. Incertidumbre y miedo a dar un giro de ciento ochenta grados para llegar a su meta y después recular al darse cuenta de la equivocación.
Miedo a lanzarse en busca de la felicidad desde la posición cómoda en la que se encuentra, sin tener que estrujarse el cerebro y analizar su vida.
Para realizar su proyecto de vida tendría que analizar sus valores, sus dones, sus metas, sus ilusiones, sus limitaciones y lo que espera de sí misma...ufff!Qué pereza!A veces rebuscar en el interior da pereza y sustito, es mejor que las cosas se queden como estén, aunque suponga algo menos de felicidad...
NO se trata de predecir ni de escribir el destino, sino de guiar tus pasos con los zapatos adecuados. Cuando unos zapatos se quedan pequeños o viejos o hacen daño o simplemente ya no te gustan, han de ser cambiados por unos que te permitan seguir caminando cómodamente y sobre todo, sin producirte esas pequeñas rozaduras que por muy pequeñas que sean, dan mucho la lata.
...YO sigo en busca de mis zapatos...y tú?