El día había comenzado mal. Lo que se dice levantarse con el pie izquierdo. El café derramado sobre su camisa había calentado el ambiente. La aglomeración del metro no había hecho más que engordar el enfado. Los comentarios de sus compañeros de su trabajo, sobre la última bronca que le había caído, le frunció el ceño. Se puso unos auriculares, y se encerró en su mundo, golpeando las teclas y ajusticiando facturas. Mierda de mundo.
Cuando sintió el suave toque en la espalda se giro violentamente en su silla y espetó:
- Me cago en en la leche!. ¿Tu que cojones quieres ahora?.
La chica nueva, que se había pasado la mañana maquillándose para gustarle, y reuniendo el valor de pedirle una cita, no lo volvió a hacer en la vida.
Esta semana ha pasado más rápido, mañana ya es viernes y se avecina un fin de semana soleado, así que, habrá que salir a pasear y respirar aire puro...que luego la semana es dura.
Ya he estrenado mis zapatos de los años 1920, rojos y negros, son realmente geniales, lo que llevo un poco mal es el tacón ( yo, poco femenina), pero son tan bonitos, que por ellos sufro dolor de pies...
2 comentarios:
Lo más bonito en la vida es dar una oportunidad de mejora a cada segundo que pasa en ese día en el que el pie izquierdo se ha dado más prisa en despertar que el derecho... ¡Demos cuartelillo a la pereza del derecho, que nos puede sorprender!
Bien dicho!Jejeje!Grandes palabras.
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