"¡ Señorita, cervatillo, mirto, hada, estoy perdidamente enamorado de usted !
¡ Cásese conmigo para que yo pueda conciliar el sueño! Si duda usted,
si no está segura de que yo sea el caballero de sus sueños,
no necesita casarse conmigo al contado,
puede usted hacerlo en cómodos plazos mensuales: en enero obtendrá mi mano derecha,
en febrero mi nariz, en marzo mis labios...
¡A finales de diciembre tendrá usted mi cuerpo y mi alma completos!
Y si usted se arrepiente antes de que se consume nuestro matrimonio fraccionado,
en mayo o en septiembre o en otro mes cualquiera, no estará obligada a devolverme las porciones de mi cuerpo o de mi espíritu que ya sean suyas: será usted la eterna dueña de unas manos firmesy suaves, de una pierna masculina, de unos dientes estropeados, de una melancolía perfecta..."